Hoy, comienza
una nueva aventura para mí. Este blog, es un elemento más que se suma al
proyecto en el que estoy sumida desde hace ya varios meses.
Un proyecto que
comenzó de repente, una idea que un día llamó a mi cabeza y se fue haciendo un
hueco cada vez más y más grande. Era un sueño sí, pero parecía de esos que se
quedan por las nubes, que rondan nuestra mente pero que al final acaban
desvaneciéndose.
No fue así, las
ideas fueron cogiendo forma, se plasmaron en papel y tras varios meses, me vi
colocando mi propio rótulo de psicóloga en la puerta de la consulta. Parecía
mentira, y yo misma a veces lo miraba con sensación de irrealidad.
Pero aquí estoy,
después de varios meses de trabajo puedo decir que elegí bien, di el paso
correcto y sí, me siento feliz. :)
Este blog es un
pequeño rinconcito de mí misma, donde poder compartir reflexiones y
pensamientos. Por supuesto, es un blog de psicología, pero no exclusivamente de
ella. Es un blog de la vida misma, de las pequeñas cosas cotidianas, de los
momentos que nos sacan una sonrisa y también de los que despiertan nuestras lágrimas.
Un lugar donde poder compartir aquellas cosas que endulzan nuestra vida y que
hacen que merezca la pena vivirla.
Y sí, como
decía, la psicología tendrá su papel importante aquí. ¿Por qué? Primero, porque
he conseguido que forme parte de mi trabajo a la vez que de mi vida personal. Y
segundo, porque creo firmemente en ella. Soy de las personas que opinan que
todos podemos cambiar nuestra forma de actuar, de pensar en un momento
determinado, y así hacer frente a los obstáculos que nos vamos encontrando en
el camino de la vida. Porque la vida, es un continuo aprendizaje y tenemos que
estar siempre dispuestos a sumergirnos en él.
¿Por qué
"La vida de color Turquesa"? Por un lado, desde que me lancé en toda
esta historia ha sido el color que me ha seguido paso a paso. Si bien todas las
personas de mi alrededor, me aconsejaban incluir el azul como color corporativo
de mi nuevo "negocio", yo quería salir de la típica tonalidad que nos
recuerda a médicos y hospitales, y el turquesa (bien de moda en estos tiempos)
era el color perfecto. Y, cada día estoy más contenta de haberlo elegido.
Por otro lado,
me considero muy fan del optimismo, de las personas que ven el vaso medio lleno,
de los que exprimen las cosas buenas del día a día y no se centran tanto en las
malas. Pero no se trata de vivir viendo todo teñido de rosa. La esencia está en
ver la vida de manera realista, ser conscientes de todas las cosas positivas
que nos ocurren, porque siempre hay muchas, por pequeñas que sean. Y aceptar la
parte negativa de la balanza, por supuesto, pero sin darle mayor protagonismo
del que necesita. En definitiva: ver "La vida color Turquesa" para mí
es disfrutar de un optimismo saludable.